Iván Mejía, Carlos Antonio Vélez y Gabriel Meluk = Equivocados



Los tres en mención, personas ilustres del análisis futbolero nacional. Tres punzantes críticos de las actividades alrededor del cuero y los personajes que se encuentran a su alrededor. Sin embargo, han defendido desde hace varios años una teoría que el mismo tiempo les ha demostrado como débil.

Los escucho desde que estaba en el colegio. Me llevaba mi Walkman y en los recreos (Nunca en clase (?)) el dial de Super, RCN, Melodía, La Deportiva recibía los programas "Línea de ataque", "Fútbol al día", etc. Desde aquellos tiempos (ya pasó más de una década) vengo escuchando el que yo creía antes como un argumento fuerte: "Millonarios/Santafé están obligados a ganar el campeonato"... "Tienen una urgencia histórica"... "Los equipos de la capital no pueden dejar de ser los protagonistas del torneo"... "Este técnico tiene que sacar campeón al equipo"... "No hay tiempo para ponerse a hablar de procesos".

Esta media verdad, no es más que el reflejo del pensamiento criollo común. Algo que algunos llaman "Saber convencional". Esta verdad presenta una ecuación, cuasi axiomática: "Equipo de la capital=Campeón eterno". Las demostraciones sobran alrededor del mundo para confirmar este dicho: Boca/River; Real Madrid, Chelsea, etc.
Pero... No pasa esto en todo el mundo: Barcelona, Manchester, Milán e Inter son ejemplo de equipos que no son capitalinos, además los equipos de Río, Brasil, llevan mucho tiempo sin ganar algo: "Flá" y "Flú".

El segundo ítem que desmiente la miope afirmación de los gurúes de la redonda se basa en que, es preferible hacer procesos que tener una visión inmediatista. Obviamente, desde este espacio no se entra en el terreno versero de nuestro Odontofilósofo de Yondó. No creo en cuentos que disculpan el bajo rendimiento con argumentos que apuntan al largo plazo.

Todos los equipos ganadores que se nombran arriba, adivinen qué... TIENEN PROCESOS. El más débil desde hace años es River. Quién se ha dedicado al corto plazo, para obtener finalmente algunos títulos. Mientras Boca, que desde las últimas administraciones se dedicó a realizar procesos para formar jugadores y exportarlos ha ganado cuanto título ha podido en el mismo lapso de comparación, siendo ahora uno de los equipos más competitivos a nivel mundial.

Hace más de diez años pensaba igual que ellos. Pero, si un dirigente inteligente se hubiera dejado sacar la presión y hubiera invertido en procesos, seguramente tendríamos en Bogotá más títulos. ¿No?, véase el capítulo que hace referencia a los campeonatos logrados por América y Nacional; O tal vez, un flash noticioso que recuerde las posiciones de los últimos campeonatos de equipos como Equidad y Chicó.

El DIM hizo caso también de la urgencia histórica. Y sólo empezó a cosechar títulos cuando se organizó. Racing, ganó un título, inmediatista hace ya casi 7 años; pero no le sirve de nada hoy (Como no nos servirá de nada si Quintabani o Bolillo sacan campeones a sus equipos) pues está peleando la B como a veces lo hacemos en la capital.

¡Cuentense algo ole!

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2 agravios:

miguel dijo...

Santafereños voy al campi desde Panzuto y bebilaqua hasta hoy 2 de mayo 2009.
Los responsables Tecnico, asistente, asesor, jugadores y presidente, pero sobre todo ACCIONISTAS. Sea serio Bolillo como dice que esperen 5 renuncias mas, ya eres grande y creo un profesional.
mguel rincon

Fernando Márquez dijo...

POBRES MILLONARIOS

Que tristeza da ese Millonarios de hoy, amarga caricatura del fútbol colombiano, tan paupérrimo en resultados, en fútbol, en ideas, en categoría. Tan pobre que lo excepcional es que gane cualquier cosa, un puntico, que le haga un golecito a cualquiera, que clasifique aunque sea de último. Y pensar que fue el mejor equipo del mundo …

Del ballet azul no queda más que una descoordinada danza de borrachos que dan pena, embajadores del mal fútbol, de la falta de categoría, de profesionalismo y de respeto, con muy pocas excepciones. Cuanto los extrañamos Alejo, viejo Willy, Morón, Irigoyen, Converti, Pocillo, Iguarán, todos los distintos, los que nos divertían jugando con seriedad y eran grandes hasta en la derrota.

A Millonarios toca cambiarle el alma, enferma desde que en mala hora sus dirigentes permitieron el ingreso de dineros sucios con los que compraron y se vendieron, y el cuerpo, anémico y cubierto de parásitos que utilizan el equipo en beneficio de sus propios intereses, ajenos por completo a lo que representa Millonarios como institución deportiva, como modelo para una juventud que desahoga su frustración y su rabia desde las barras bravas. He ahí la raíz del fenómeno.

Pero esta sequía no se acabará únicamente cambiando técnicos y jugadores porque el mal es más profundo que la simple táctica y la falta de buenos resultados. Millonarios es un enfermo terminal que solo muriéndose para resucitar, si pudiera, con personas limpias y honestas, podría volver a ser un equipo de fútbol digno de respeto, no esa cosa tragicómica de la que ahora se mofan en todos los estadios. Pero por algo hay que empezar, que se vayan todos.

Que renazca el equipo de Señores que pregonaba don Ignacio Klein y el de guapos que comandaba don Jaime Arroyave cuando Millonarios tenía cantera y corazón, cuando lucir la camisa azul era un honor reservado a pocos, pero, sobre todo, que renazcan el profesionalismo y el respeto por una tribuna harta de humillaciones y derrotas. No se tiran así 60 años de historia. No se irrespeta así a la hinchada, lo único bueno que aún le queda a Millonarios. Ni se burla así a quien paga una boleta.

Y que se preocupen los otros, porque lo que le pasa a Millonarios es una precisa radiografía de lo que le pasa al fútbol colombiano, a todos los equipos, a la selección, aspirantes a vivir de glorias pasadas y de triunfitos sufridos, poquitos, chiquitos y efímeros. Nos faltan profesionalismo y mentalidad de ganadores, huevos, dirían otros, y nos sobran estrellitas y personajes oscuros, de aquellos para los que el fútbol es solo un buen negocio sostenido por una comparsa de idiotas útiles. Pobres millonarios.

Fernando Márquez